Todos esperamos algo, sobre todo, una llamada que nos haga concebir esperanzas, ¿de qué?...
cuando hayas de elegir entre varios caminos,
elige siempre el camino del corazón.
Quien elige el camino del corazón
no se equivoca nunca.
En el silencio de la madrugada el ruido del cerrojo de la celda al descorrerse sonó como una descarga. Un teniente, dos marineros y el capellán castrense componian la macabra expedición.
------Damián Ruiz Martínez----sonó firme la voz del teniente----prepárese para acompañarnos. Ha sido ratificada su condena a muerte por la autoridad militar competente y va a ser ajusticiado.
-----Denme un minuto para acudir a afrontar mi destino debidamente preparado
Ordenó sus escasos menesteres, abrazó a sus compañeros que lo miraban con ojos espantados, recién sacados del sueño y abiertos por la visión de la muerte que se colaba junto con los primeros rayos de luz de la mañana en la celda pestilente.
No les dio ningún encargo para nadie, sabía que pronto ellos también afrontarían este trance. Todos, desde que nacemos somos carne con vocación de cementerio. Extendió las manos para que le colocaran las esposas y salió, con la cabeza alta y la serenidad en el rostro, a liberarse definitivamente.
------¿Quieres confesarte para morir en la paz del Señor?
------No tengo nada de que arrepentirme. Siempre he vivido según mi conciencia y ya me he puesto en paz con Dios. No necesito los consuelos espirituales de la Iglesia, no al menos los de ésta Iglesia-
------recalcó la palabra-----y de sus ministros.
Lo condujeron al campo de deportes del Arsenal de Cartagena al lugar que lo mismo servía para invocar a Dios como para asesinar a sus criaturas. Rechazó la venda para los ojos y antes de caer abatido por las balas gritó:
Como curiosidad os traslado el sermón que el CAPELLAN CASTRENSE del Arsenal Militar de Cartagena pronunció en Julio de 1939 en aquella ciudad, celebrando el 3º Aniversario del Alzamiento contra la República. decía así:
"Queridos hermanos, hoy celebramos el tercer aniversario del Glorioso Alzamiento Nacional, vosotros (se dirigió a los presos señalándolos con el índice) estáis aquí porque el demonio rojo os tentó como lo hizo con Nuestro Señor Jesucristo cuando estaba retirado en el desierto. Os tentó con el terrible pecado de la soberbia, porque queríais ser iguales que aquellos (señalando a las autoridades) Vosotros queríais mandar tanto como ellos. ¡Ay, la tentación del poder!--graznó, moviendo la cabeza admonitoriamente--Y eso era un imposible ya que tentaba contra el orden natural de las cosas. Es más, atentaba contra el orden impuesto por la Divina Providencia. Nuestro Señor, cuando oraba en Getsemaní, sabiendo en su infinita sabiduría, que lo iban a matar, acepto la voluntad del Padre.
---Ellos mandan porque Dios así lo ha querido, son capitanes, tenientes o generales, vosotros solo sois marinos. Y habéis cometido pecado, el mayúsculo pecado de la soberbia que engendra todos los actos de rebelión. Pero como dice el refrán, lo que hoy nos parece malo, mañana se convierte en bueno. El triunfo del Comunismo, que tanta sangre católica derramó, ha permitido a los españoles de fe, edificar sobre sus ruinas, sangre, fuego y lágrimas, un nuevo Estado más fuerte y poderoso, como afirmó nuestro invicto general Mola, en un acto de inspiración divina.
El nacimiento de este nuevo Estado que hoy conmemoramos se ha hecho bajo el símbolo de la Cruz. La cruz redentora que nos protege a todos, a vosotros también, con el símbolo del perdón, perdón para todos porque no hay nada más querido al Señor que el retorno del hijo pródigo al redil de la iglesia.
Gracias a nuestro invicto Caudillo y a la sangre de los mártires derramada durante la Santa Cruzada hemos podido aplastar a la hidra de siete cabezas, al marxismo, síntesis de toda herejía y máximo exponente de los designios de Belcebú"
RESULTADO FINAL
Una vez finalizada la misa, muchos de los marineros prisioneros, fueron ajusticiados en el paredón, de aquellos tiempos, sin saber donde quedaron sus cuerpos. La mayoría en el mar.
Antonio Gala en su libro "La soledad sonora" hablaba de que....de la música como del amor no se habla, sino que se hace. Seguro que con esta frase no solo se refiríó al objeto como tal del amor y la música, obviando los elementos que se mueven en torno a ellos, sino que intentó dar un ritmo a la frase y agitar nuestras mentes, a través de un ramillete de palabras tan evocadoras como son amor y música, invitándonos a que prestemos toda nuestra atención y su percepción sensible a "lo que es" de nosotros mismos.
Pero el elemento generatriz de la música y del amor son diferentes. El amor no puede cultivarse, se presenta espontáneamente. El amor aparece precisamente cuando no utilizamos una actividad sea social, laboral o religiosa para mostrar al público nuestra excepcional personalidad, bondad y capacidad, sino que se da desapegadamente, sin hábitos o miedos, porque el amor es la esencia de la virtud.
Sin embargo, la música es un hecho cultural y proviene del pensamiento que es a la vez la respuesta de la memoria, de la experiencia. Sólo nace de la acción consciente especulativa del hombre con el sonido y el tiempo.
La música toma vida con el intérprete y su interpretación, erigiéndose en el elemento imprescindible para que el mundo conozca, la obra musical. Esta relación entre el creador, intérprete y público es única, lo que la hace diferente al resto de las artes. En cualquier manifestación plástica el creador finaliza la obra y ésto no variará. En la música dependerá de diferentes factores como son: "La creación musical, la calidad artística y técnica del ejecutante, el único medio a través del cual el público conocerá la obra.
El intérprete por su parte, por mucha sabiduría que deposite en la obra creada, se encuentra en multitud de ocasiones desorientado, principalmente por la indeterminación de indicaciones de demasiadas partituras. Si bien es verdad que gran parte de los compositores, desde finales del siglo XIX hasta hoy, han hecho grandes esdfuerzos por especificar la notación, no lo es tanto ya que hasta ese momento las indicaciones de tiempo y dinámica en una partitura no han existido o lo han hecho con términos relativos proclives a variadas interpretaciones diferentes como son, andante, allegretto, allegro, piano, de los que no existe una especificación universal exacta para todos ellos.
A esto hay que añadir la personalidad de cada intérprete, su formación, su intuición o su experiencia, diferencias suficientes tienen obligatoriamente que beber de una fuente inconfundible, el estilo, que como Stravinski intento explicar "es la manera particular con la que un autor ordena sus conceptos y habla la lengua de su oficio...y lo que se llama estilo de una época resulta de la combinación de estilos particulares".
Y por último está el público quien a pesar que desde su aparente pasividad pueda dar la impresión de ocupar el papel de juez, la realidad nos indica que tal responsabilidad puede resultar abusiva. La sanción de un producto que se ha gestado después de muchas reflexiones que han llevado al creador a elegir de entre un número indeterminado de ideas musicales una única, que resulte válida y favorezca el tránsito del caos al orden al que el compositor está obligado a acceder, este trabajo de especulación con el sonido y el tiempo, con la infinidad de operaciones mentales que ello implica, se merece, al menos, ser juzgada con ponderación, desde la abstracción de todas las cuestiones externas que puedan perturbar una escucha alerta y paciente, obviando posibles favoritismos, modas o fama.
Ante este estado de cosas, la responsabilidad es tal, que este juicio no pudede realizarse desde el anonimato que posibilita un sector llamado público. El juicio tiene que ser emitido por personas identificadas y se supone que cualificadas, pertenezcan al público, o ya sean compositores, intérpretes o específicamente críticos.
La postura del público es más solemne: acudir a la invitación que el compositor e intérprete le cursan para compartir el devenir de la música discurriendo a través de su medio natural, el tiempo, en un momento único e irrepetible. La escucha silenciosa, con la mente muy quieta, le transportará a un estado mental en el que se escucha todo, y sólo después cuando los últimos ecos de los sonidos organizados hayan cesado, podrá aceptar o rechazar el objeto estético, pero no juzgarlo.
En un mundo en el que se adora el éxito, el que un compositor se entregue a la música, el intérprete al compositor y a su música y el público a la música de ambos, y lo hagan sin otro fin que no sea la propia música, eso es un acto de amor, muy al contrario de la actitud de aquellas personas que con el aparente pretexto difusor de la música, se atreven a versionar temas de obras musicales clásicas subvertiendo el principio moral de que la creación musical es irrepetible.
Extrovertido, partidari@ de amig@s y dispuesto a comentar todo aquello que nos pueda orientar en todo lo que pueda ayudar a nuestra propia estima personal