
Llegaste ¿Cómo y cuando?
No sé la hora ni el instante preciso, pero llegaste a mi camino...
serena, sin rumor ni estruendo.
Como se inicia el alba, como empieza el rocío
a formarse en el cáliz de las flores,
como empieza la estrella a afirmarse
en los cielos del crepúsculo. Así fue.
Entre el polvo de mi sendero abrupto y solitario
silenciosamente te colocaste a mi vera.
No supe que eras tú,
mas yo sentía mas firme ahora mi báculo,
mas fuerte y más ligero el pie,
más puro el aire, mas ancho el horizonte,
y menos fatigosa la jornada.
Empecé a ver que el polvo del camino
se me iba haciendo polvo de oro, al sol de aquella
tu presencia misteriosa.